martes, 14 de diciembre de 2010

Despedida

Me explicó que para olvidar tuvo que haber llorado un cielo para apagar todo un infierno, que la pesadilla no termina ahí, las cenizas queman, raspan y quedan como un signo de una cicatriz imborrable.Recordar lo vivido, nunca es la respuesta, me repetía.

-¿Qué es aquel presente?-Me preguntó.
-Es cariño- con sigilo, le respondí.
-Pero eso murió hace mucho tiempo.
-Solo un pedazo de lo que queda.

Con tranquilidad me enseño a dar pasos mas seguros, a confiar con cierta discreción, a permanecer callado o hablar cuando es debido.Como un proceso y mecanismo de defensa, curó mis heridas inflamadas, tapando las grietas del espacio y el tiempo.Le dediqué a escucharla, es lo único que podía hacer por alguien con una paciencia tan grande.Y así, todo acabó.

-Gracias por todo-le dije.
-Solo espero que estés mas tranquilo-Me respondió-Tu sabias que todo esto iba a pasar.
-Aun no me acostumbro, ni lo estaré.

Las palabras cada vez eran mas pesadas y lo resentíamos.

-Me tengo que ir, estoy muy cansada-.Se excusó.
-¿Te volveré a ver?
-
-¿Estarás bien?
-No te preocupes, los sueños también duermen.

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